martes, 13 de agosto de 2013

Caer, literalmente, muertos.

Aquí sobran las palabras. Y la ropa.

Pero aún así.

[…]


En la cúspide del orgasmo te diré que te odio, que follas fatal, que para mí, tu vida es insignificante. Tú me mirarás con esos ojos tan grandes y arrogantes, desconcertado, y yo me reiré como una niña pequeña, divertida y pícara, para por fin, decirte que era una broma, que era mentira, que había sido el mejor polvo de mi vida y que lo repitiéramos hasta caer, literalmente, muertos.

martes, 26 de febrero de 2013

Joder y otros quehaceres

¡Joder! ¡Joder! ¡Y joder, y joder!
¿Qué diablos te pasa?
Que qué me pasa, me preguntas que qué me pasa. Es complicado.
Explícate.
Estoy perdido, literal y metafóricamente hablando. No sé dónde estoy, ni si quiera en que día estamos, ¿eso es normal? Yo creo que no. Voy a la deriva, me escuecen los ojos y me duelen los hombros. Cada paso que doy sigue una dirección y sentido aleatorio, sin ningún orden o sin que yo mismo pueda mandar sobre ellos. Ahora mismo te haría sudar de mil maneras diferentes; de miedo, terror puro; te follaría hasta dejarte inconsciente; te abrazaría hasta que murieras de calor. Me duele el estómago, la cabeza me va a estallar. Tengo la sensación de que esto, esta mierda, no es la verdadera realidad. Y eso me confunde. Me tiemblan las manos y son incapaz de mantener los ojos abiertos; me pesan los párpados.

El muchacho cerró los ojos y se echó el pelo hacia atrás, varias veces, de forma casi compulsiva. Mientras, Lorraine, le observaba paciente.

Sabes lo único que me consuela.
Qué.
Jamás haría daño a un animal; no soy un puto psicópata.
¿Y?
—Tú eres la parte lógica. Y yo las pasiones desatadas. Por eso me consuela saber que nunca haré daño a nadie, aunque lo desee con toda mi alma, porque no haría daño a un animal.

Lorraine suspiró. Cruzó las piernas y la tela de su vestido azul claro se movió al mismo tiempo.


—Esto va para largo.

martes, 22 de enero de 2013

Materia orgánica

Esto es muy simple: somos un conjunto de epitelio, conos, bastones, sangre, linfa, orina, carne, huesos, tuétano, pelo, uñas, venas, arterias, neuronas, vísceras, grasa, lágrimas, dientes, hormonas, cartílago, tendones, pulmones, bazo, riñones, estómago, tráquea, nervios, corazón. Maldita materia orgánica.

Y si no somos más que eso, reacciones químicas y tripas, todo resulta más sencillo.

Si mi cabeza es la que ordena, la que manda, puedo hacer lo que quiera.

Si decido que no necesito nada, si ella es quien lo dice, ¿por qué no iba a ser así? Obliguemos al hipotálamo al liberar oxitocina, dopamina, lo que sea. Somos materia orgánica.

El conjunto de tejido nervioso, mis neuronas, neurotransmisores, todo lo que hierve en mi cabeza afirma categóricamente que no necesito nada, que no dependo de nada. Es una forma de justificar mi poca fe en la gente, mi voluntad errática, dependiente de sustancias bioquímicas, y mis ganas de superarme.

Somos materia orgánica

Nos vamos a corromper y pudrir. Vamos a fallar. Y todo dependerá de nosotros. De esta podrida materia orgánica.


domingo, 13 de enero de 2013

Disparar y sangrar.


«Hace tiempo, cuando se estrenó Grupo salvaje, de Sam Peckinpah, en la rueda de prensa un periodista alzó la mano y preguntó en todo inquisitivo: “¿Qué necesidad creen que hay de mostrar tanta sangre?”. Ernest Borgnine, uno de los actores, respondió con aire perplejo: “Pero, señora, es que, cuando te disparan, sangras”. La película se filmó en plena época de la guerra del Vietnam.

Me gusta esta frase. Posiblemente sea uno de los principios básicos de la realidad. Aceptar las cosas difíciles de desentrañar como cosas difíciles de desentrañar, aceptar el hecho de sangrar. Disparar y sangrar.

Es que, cuando te disparan, sangras.»

Sputnik, mi amor, de Haruki Murakami.

Cincuenta páginas en las que Sumire habla de muchas cosas, piensa tal cual, sin poner un filtro, y de todas ellas, este es el fragmento que más me gusta. Aceptar las cosas tal cuál son. ¡Por Dios! Que no cunda el pánico; si algo es difícil, lo es, no nos alteremos. 

Como bien dice "Posiblemente sea uno de los principios básicos de la realidad", otra cosa es que nos lo apliquemos.

En fin, esto es solo una opinión.